martes, 22 de mayo de 2012

Rayuela - Cap. 84

"Imagino al hombre como una ameba que tira seudópodos para alcanzar y envolver su alimento. Hay seudópodos largos y cortos, movimientos, rodeos. Un día eso se fija (lo que llaman la madurez, el hombre hecho y derecho).Por un lado alcanza lejos, por otro, no ve una lámpara a dos pasos. Y ya no hay nada que hacer, como dicen los reos, uno es favorito de esto o aquello. De esa forma el tipo va viviendo bastante convencido de que no se le escapa nada interesante, hasta que un instantáneo corrimiento a un costado le muestra por un segundo, sin por desgracia darle tiempo a saber qué, 
le muestra su parcelado ser, sus seudópodos irregulares, 
la sospecha de qué más allá, donde ahora veo aire limpio, 
o en esta indecisión, en al encrucijada de la opción,
 yo mismo, en el resto de la realidad que ignoro 
me estoy esperando inútilmente.

(Suite)  
Individuos como Goethe no debieron abundar en experiencias de este tipo. Por aptitud o decisión (el genio es elegirse genial y acertar) están con los seudópodos tendidos al máximo en todas direcciones. Abarcan con un diámetro uniforme, su límite es su piel proyectada espiritualmente a enorme distancia. No parece que necesiten a desear lo que empieza (o continúa) más allá de su enorme esfera. Por eso son clásicos, che.
 A la ameba uso nostro lo desconocido se le acerca por todas partes. Puedo saber mucho o vivir mucho en un sentido dado, pero entonces lo otro se arrima por el lado de mis carencias y me rasca la cabeza con su uña fría. Lo malo es que me rasca cuando no me pica, y a la hora de la comezón –cuando quisiera conocer-, todo lo que me rodea está plantado, tan ubicado, tan completo y macizo y etiquetado, que llego a creer que soñaba, que estoy bien así, que me defiendo bastante y que no debo dejarme llevar por al imaginación. 

(Última suite). 
Se ha elogiado en exceso la imaginación. La pobre no puede ir ni un centímetro más allá del límite de los seudópodos. Hacia acá, gran variedad y vivacidad. Pero en el otro espacio, donde sopla el viento cósmico que Rilke sentía pasar sobre su cabeza, Dame Imagination, no corre. Ho detto."

-Cortázar