domingo, 30 de marzo de 2014

Preceptiva poética


                             I

Poesía...,
tristeza honda y ambición del alma...
¡cuándo te darás a todos... a todos,
al príncipe y al paria,
a todos...
sin ritmo y sin palabras!...

                              II

Deshaced ese verso,
quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma... 
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso será la poesía.

                              III

Más bajo, poetas, más bajo...
hablad más bajo
no gritéis tanto
no lloréis tan alto
si para quejaros
acercáis la bocina a vuestros labios,
parecerá vuestro llanto
como el de plañideras, mercenario.

                              IV

Y si el verso
poetas cortesanos
si el verso como el hombre
no fuese de cristal
sino de barro.

                              V

Poeta
ni de tu corazón,
ni de tu pensamiento,
ni del horno divino de Vulcano
han salido tus alas.
Entre todos los hombres las labraron
y entre todos los hombres en los huesos
de tus costillas las hincaron.
La mano más humilde
te ha clavado
un ensueño...
una pluma de amor en el costado.


sábado, 8 de marzo de 2014

Cartas al rey de la cabina

"La Primavera no nace sino del despojo de todo lo viejo. Lo que más quiero, es desnudarme. Cargada de hojas viejas, desnudarme y ver cómo te desnudas. Yo de mis miedos y tú de tus sueños que tanto miedo me daban o me dan porque me veía convertida en un soldadito de plomo de un libro que mamá y papá no habían podido escribir para ti pero que te habías jurado a tí mismo escribir.
Sin faltas, ni faltas, ni ninguna falta.
Lo que más anhelo es ver que te desnudes que deseés tanto como yo, con amorosa renuncia, despojarte de tus anhelos incumplidos y a punto de cumplirse.
No nací para entrar en tu historia, vine a cambiarte con un beso.
Ardo en deseos de verte quitar tu ropa como la primera vez. Que dejes atrás tu camisa, Europa y Asia. Tu pantalón, y África. Cómo doblabas tu ropa, nada lo tirabas, nada caía con descuido. Todo lo apoyabas de tal manera que quería darte mis ojos y mi alma para que los llevaras a la cuna con tanta tierra y tanta selva y las mujeres de todo el mundo lavando ropa en un río.
Pero mis ojos estaban en su propia fiesta, acariciando tu piel, que despertaba iluminando el cuarto.
Paloma"
- Luis María Pescetti