martes, 29 de diciembre de 2009

Por el camino de Swann

"Hacía ya muchos años que no existía para mí de Combray más que el escenario y el drama del momento de acostarme, cuando un día de invierno, al volver a casa, mi madre, viendo que yo tenía frío, me propuso que tomara, en contra de mi costumbre, una taza de té. Primero dije que no, pero luego, sin saber por qué, volví de mi acuerdo. Mandó mi madre por uno de esos bollos, cortos y abultados, que llaman magdalenas, que parece que tienen por molde una valva de concha de peregrino. Y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro tan melancólico por venir, me llevé a los labios una cucharada de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que le causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose dee una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal.

¿De dónde podría venirme aquella alegría tan fuerte? Me daba cuenta de que iba unida al sabor del té y del bollo, pero le excedía en mucho, y no debía de ser de la misma naturaleza. ¿De dónde venía y qué significaba? ¿Cómo llegar a aprehenderlo? Bebo un segundo trago, que no me dice más que el primero; luego un tercero, que ya me dice un poco menos. Ya es hora de pararse, parece que la virtud del brebaje va aminorándose. Ya se ve claro que la verdad que yo busco no está en él, sino en mí. El brebaje la despertó, pero no sabe cuál es y lo único que puede hacer es repetir indefinidamente, pero cada vez con menos intensidad, ese testimonio que no sé interpretar y que quiero volver a pedirle dentro de un instante y encontrar intacto a mi disposición para llegar a una aclaración decisiva. Dejo la taza y me vuelvo hacia mi alma. Ella es la que tiene que dar con la verdad. ¿Pero cómo?

Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado en su infusión de té o de tila, los domingos por la mañana en Combray (porque los domingos yo no salía hasta la hora de misa) cuando iba a darle los buenos días a su cuarto. Ver la magdalena no me había recordado nada, antes de que la probara; quizá porque, como había visto muchas, sin comerlas, en las pastelerías, su imagen se había separado de aquellos días de Combray para enlazarse a otros más recientes; ¡quizá porque de esos recuerdos por tanto tiempo abandonados fuera de la memoria no sobrevive nada y todo se va disgregando!; las formas externas -también aquélla tan grasamente sensual de la concha, con sus dobleces severos y devotos-, adormecidas o anuladas, habían perdido la fuerza de expansión que las empujaba hasta la conciencia. Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y más fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan, sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo.

En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tila que mi tía me daba (aunque todavía no había descubierto y tardaría mucho en averiguar el porqué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando hacía buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas del Vívonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de te".
- Marcel Proust

lunes, 28 de diciembre de 2009

Los condenados de la tierra

"Cuando se afirma la necesidad de politizar al pueblo se decide expresar al mismo tiempo que se quiere el sostén del pueblo en la acción que va a emprenderse. Un gobierno que declara su deseo de politizar al pueblo expresa su deseo de gobernar con el pueblo y para el pueblo. No debe ser un lenguaje destinado a camuflar una dirección burguesa. Los gobiernos burgueses de los países capitalistas han superado desde hace tiempo esa fase infantil de poder. Fríamente, gobiernan con ayuda de sus leyes, de su poder económico y de su policía. No están obligados, ahora que su poder está sólidamente establecido, a perder su tiempo en actitudes demagógicas. Gobiernan en su propio interés y tienen el valor que les da su poder. Han creado una legitimidad y confían en su derecho.
La casta burguesa de los países recién independizados no tienen todavía ni el cinismo, ni la serenidad fundados en el poder de las viejas burguesías. De ahí cierta preocupación por disimular sus convicciones profundas, por engañar, en una palabra, por mostrarse popular. La politización de las masas no es la movilización tres o cuatro veces al año de decenas o centenares de miles de hombres y mujeres. Esos mítines, esas asambleas espectaculares, se emparientan con la vieja táctica anterior a la independencia, cuando se exhibían las propias fuerzas para probarse a sí mismos y a los demás que tenían el apoyo popular. La politización de las masas se propone no infantilizar a las masas, sino hacerlas adultas."
- Frantz Fanon

lunes, 21 de diciembre de 2009

Concentración

Pinos verdes y una choza rústica,
el Sol hundiéndose en el aire puro.
Me saco el gorro y paseo solo,
escuchando el canto de los pájaros.
No hay gansos silvestres que pasen volando,
y ella está lejos, lejos.
Pero mis pensamientos la hacen presente,
como en los días que se fueron.
Del otro lado del agua nubes oscuras se arremolinan,
bajo los rayos de la Luna los islotes aparecen expuestos.
Y se intercambian palabras dulces,
aunque el gran Río pase entre medio.

- Ssu Kung-Tu
(834-908)

jueves, 10 de diciembre de 2009

Desde las Flores del Mal, Baudelaire

Himno a la Belleza

¿Bajas del hondo cielo o emerges del abismo,
Belleza? Tu mirada infernal y divina
Confusamente vierte crimen y beneficio,
Por lo que se podría al vino compararte.

Albergas en tus ojos al poniente y la aurora,
Cual tarde huracanada exhalas tu perfume;
Son un filtro tus besos y un ánfora tu boca
Que hacen cobarde al héroe y al niño valeroso.

¿Del negro abismo emerges o bajas de los astros?
Como un perro, el Destino sigue ciego tu falda,
Al azar vas sembrando el luto y la alegría
Y todo lo gobiernas sin responder de nada.

Caminas sobre muertos, Belleza, y de ellos ríes;
El Horror, de tus joyas no es la menos hermosa
Y el Crimen, entre todas tus costosas preseas
Danza amorosamente sobre el vientre triunfal.

La aturdida falena vuela hasta ti, candela,
Crepita, estalla y grita: ¡Bendigamos la llama!
El amante, jadeando sobre su bella amada
Semeja un moribundo que su tumba acaricia.

Que tú llegues del cielo o el infierno, ¿qué importa?
Belleza, inmenso monstruo, pavoroso e ingenuo,
Si tu mirar, tu risa, tu pie, me abren las puertas
De un infinito que amo y nunca conocí.

Satánica o divina, ¿qué importa? Ángel, Sirena,
¿qué importa? Si tú vuelves -hada de ojos raso,
Resplandor, ritmo, aroma, ¡oh mi señora única!
Menos odioso el mundo, más ligero el instante.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El mar de Benedetti

Qual è l'incarnato dell`onda?
Valerio Magrelli

¿Qué es en definitiva el mar?
¿por qué seduce? ¿por qué tienta?
suele invadirnos como un dogma
y nos obliga a ser orilla

nadar es una forma de abrazarlo
de pedirle otra vez revelaciones
pero los golpes de agua no son magia
hay olas tenebrosas que anegan la osadía
y neblinas que todo lo confunden

el mar es una alianza o un sarcófago
del infinito trae mensajes ilegibles
y estampas ignoradas del abismo
trasmite a veces una turbadora
tensa y elemental melancolía

el mar no se avergüenza de sus náufragos
carece totalmente de conciencia
y sin embargo atrae tienta llama
lame los territorios del suicida
y cuenta historias de final oscuro

¿qué es en definitiva el mar?
¿Por qué fascina? ¿por qué tienta?
es menos que un azar / una zozobra /
un argumento contra dios / seduce
por ser tan extranjero y tan nosotros
tan hecho a la medida
de nuestra sinrazón y nuestro olvido

es probable que nunca haya respuesta
pero igual seguiremos preguntando
¿qué es por ventura el mar?
¿por qué fascina el mar? ¿qué significa
ese enigma que queda
más acá y más allá del horizonte?

lunes, 23 de noviembre de 2009

El mar de la mano de Borges

Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.
¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?
Quien lo mira lo ve por vez primera, siempre.

Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Instrucciones para abrir el paquete de jabón Sunlight - Dolina

-Trabajo realizado por Manuel Mandeb por encargo de la agencia de publicidad Vivencia.

1) Busque la flecha indicadora.

2) Presione con el dedo pulgar hasta que el cartón del envase ceda.

3) Disimule. Soy un joven escritor que no tiene otra ocasión que ésta de conectarse con las muchedumbres. Usted finja que sigue abriendo este estúpido paquete y yo le diré algunas verdades.

4) Los vendedores de elixir nos convidan todos los días a olvidar las penas y mantener jubiloso el ánimo. El Pensamiento Oficial del Mundo ha decidido que una persona alegre es preferible a una triste.

5) La medicina aconseja cosmovisiones optimistas por creerlas más saludables. Al parecer, la verdad perjudica la función hepática.

6) Viene gente. Siga la línea de puntos en la dirección indicada por la flecha.

7) Escuche bien porque tenemos poco tiempo: la tristeza es la única actitud posible que los compradores de este jabón pueden adoptar ante un universo que no se les acomoda. Toda alegría no es más que un olvido momentáneo de la tragedia esencial de la vida. Puede uno reírse del cuento de los supositorios, pero éste es apenas un descanso en el camino. Uno juega, retoza y refiere historias picarescas, solamente para no recordar que ha de morirse. Ese es el sentido original de la palabra diversión: apartar, desviar, llamar la atención hacia una cosa que no es la principal.

8) Conversar acerca de estos asuntos es considerado de la peor educación. Los comerciantes se escandalizan, las personas optimistas huyen despavoridas , los maximalistas declaran que la angustia ante la muerte es un entretenimiento burgués y los escritores comprometidos gritan que la preocupación metafísica es literatura de evasión. Al respecto, mientras le recomiendo que no deje el paquete de jabón al alcance de los niños, le juro que todo lo que se escribe es de evasión, menos la metafísica: las noticias políticas, los libros de sociología, los horarios del ferrocarril, los estudios sobre las reservas de petróleo, no hacen más que apartarnos del tema central, que es la muerte.

9) Calcule 100 gr. de jabón por cada kilo de ropa sucia.

10) Cuánto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza. Por eso, las exhortaciones a la alegría suelen proponer la interrupción del pensamiento: "es mejor no pensar...". Casi todos los aparatos y artificios que el hombre ha inventado para producir alegría suspenden toda reflexión: la pirotecnia, la música bailable, las cantinas de la Boca, el metegol, los concursos de la televisión, las kermeses.

11) Separe la ropa blanca de la ropa de color. Y entienda que la tristeza tiene más fuerza que la alegría: un hombre recibe dos noticias, una buena y una mala. Supongamos que ha acertado en la quiniela y que ha muerto su hermana. Si el hombre no es un canalla, prevalecerá la tristeza. El premio no lo consolará de la desgracia. Byron decía que el recuerdo de una dicha pasada es triste, mientras que el recuerdo de un pesar sigue siendo pesaroso.

12) No mezcle este jabón con otros productos y no haga caso de los sofistas risueños. Tarde o temprano alguien le dirá: "Si un problema tiene solución, no vale la pena preocuparse. Y si no la tiene, ¿qué se gana con la preocupación?". Confunde esta gente las arduas cuestiones de la vida con las palabras cruzadas. La soledad, la angustia, el desencuentro y la injusticia no son problemas sino tragedias, y no es que uno se preocupe sino que se desespera.

Lloraba Solón la muerte de su hijo.

Un amigo se acerca y le dice:

-¿Por qué lloras, si sabes que es inútil?

-Por eso- contestó Solón- porque sé que es inútil.

13) No está tan mal ser triste, señora. El que se entristece se humilla, se rebaja, abandona el orgullo. Quien está triste se ensimisma, piensa. La tristeza es hija y madre de la meditación. Participe del concurso "Vacaciones Sunlight" enviendo este cupón por correo.

14) Ahora que se fue el jabonero, aprovecharé para confesarle que suelo elegir a mis amigos entre la gente triste. Y no vaya a creer el ama de casa Sunlight que nuestras reuniones consisten en charlas lacrimógenas. Nada de eso: concurrimos a bailongos atorrantes, amanecemos en lugares desconocidos, cantamos canciones puercas, nos enamoramos de mujeres desvergonzadas que revolean el escote y hacemos sonar los timbres de las casas para luego darnos a la fuga. Los muchachos tristes nos reímos mucho, le aseguro. Pero eso sí: a veces, mientras corremos entre carcajadas, perseguidos por las víctimas de nuestras ingeniosas bromas, necesitamos ver un gesto sombrío y fraternal en el amigo que marcha a nuestro lado. Es el gesto noble que lo salva a uno para siempre. Es el gesto que significa "atención, muchachos, que no me he olvidado de nada".

NOTA: Las instrucciones para abrir el paquete de jabón Sunlight fueron rechazadas.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Rayuela, Cortázar

Ya para entonces me había dado cuenta de que buscar era mi signo, emblema de los que salen de noche sin un propósito fijo, razón de los matadores de brújulas. Con la Maga hablábamos de patafísica hasta cansarnos, porque a ella también le ocurría (y nuestro encuentro era eso, y tantas cosas oscuras como el fósforo) caer de continuo en las excepciones, verse metida en casillas que no eran las de la gente, y esto sin despreciar a nadie (...). No me parece que la luciérnaga extraiga mayor suficiencia del hecho incontrovertible de que es una de las maravillas más fenomenales de este circo, y sin embargo basta suponerle una conciencia para comprender que cada vez que se le encandila la barriguita el bicho de luz debe sentir como una cosquilla de privilegio. De la misma manera a la Maga le encantaban los líos inverosímiles en que andaba metida siempre por causa del fracaso de las leyes en su vida. Era de las que rompen los puentes con sólo cruzarlos, o se acuerdan llorando a gritos de haber visto en una vitrina el décimo de lotería que acaba de ganar cinco millones
.

viernes, 21 de agosto de 2009

Don Juan

Pequeñas muestras de la belleza en la escritura de este libro de Lord Byron:

Toda tragedia termina en muerte, y toda comedia en matrimonio; y en ambos casos el poeta deja lo que sigue al juicio del espectador.

...supuesto que es la incertidumbre uno de los numerosos beneficios que debemos al cielo, especie de hipoteca sobre los bienes de la humanidad...

Lady Adelina Amundeville, la belleza más fatal de cuantas encontró Don Juan en su camino, aun cuando ni era mala ni quería hacer daño al joven; pero la pasión y el destino -¡el destino!, soberbia disculpa de los actos de la voluntad- tendieron la red, y en ella cayeron...¿A quién no hubiera ocurrido lo mismo? No lo sé, porque no soy Edipo, y la vida es una Esfinge.

lunes, 17 de agosto de 2009

Así comió Zaratustra

Habemus aquí un hallazgo increíble del señor Woody Allen que aparece en su libro Pura Anarquía, realmente genial:

En un reciente viaje a Heidelberg para procurarme unas raras cicatrices de duelo del siglo XIX, me topé precisamente con un tesoro de esa clase. ¿Quién habría pensado que existía el libro Sigue mi dieta de Friedrich Nietzsche? Si bien su autenticidad podría antojarse un pelín sospechosa a los puntillosos, la mayoría de quienes han estudiado la obra coinciden en que ningún otro pensador occidental ha estado tan cerca de reconciliar a Platón y el dietista Pritikin. He aquí una selección.
(...)
Ningún filósofo se acercó siquiera a resolver el problema de la culpabilidad y el peso hasta que Descartes dividió en dos mente y cuerpo, para que el cuerpo pudiera atracarse mientras la mente pensaba: "¿Y qué más da? Ése no soy yo". L a gran duda de la filosofía sigue sin solución: si la vida no tiene sentido, ¿qué hacer con la sopa de letras? Fue Leibniz el primero en decir que la grasa se componía de mónadas; Leibniz hizo dieta y ejercicio, pero nunca se libró de sus mónadas, o al menos no de las que se adherían a sus muslos. Spinoza, por su parte, cenaba frugalmente porque creía que Dios estaba presente en todo, y resulta intimidatorio engullir un bollo si uno piensa que está echando mostaza a la Causa Primera de Todas las Cosas.

lunes, 10 de agosto de 2009

Meditaciones metafísicas

Dejo aquí un párrafo sumamente amable del señor Descartes en su segunda meditación

Así, supongo que todo lo que veo es falso; estoy persuadido de que nada de cuanto mi mendaz memoria me representa ha existido jamás; pienso que carezco de sentidos; creo que cuerpo, figura, extensión, movimiento, lugar, no son sino quimeras del espíritu. ¿Qué podré, entonces, tener por verdadero? Acaso esto solo: que nada cierto hay en el mundo.

lunes, 3 de agosto de 2009

Nietzsche

Uno de los apartados finales del libro quinto de La Gaya Ciencia citado en Ecce Homo:

Nosotros los nuevos, los que no tenemos nombre, los difíciles de entender, nosotros, partos prematuros de un futuro que aún no ha tenido lugar, precisamos, para un fin nuevo, también un medio nuevo, a saber, una salud nueva, más vigorosa, más aguda, más tenaz, más arriesgada, más alegre de cuanto lo ha sido hasta ahora cualquier salud. Aquél cuya alma ansía haber vivido directamente todos los valores y todas las aspiraciones habidos hasta ahora y de haber recorrido todas las costas de ese "Mediterráneo" ideal (...) necesita antes que nada una cosa, la gran salud, una salud que no sólo se posea, sino que además se conquiste continuamente, pues una y otra vez se entrega, se la tiene que entregar...Y ahora, después de haber estado mucho tiempo en camino, nosotros los argonautas del ideal, más valientes quizá de lo que aconseja la prudencia, tras haber naufragado y sufrido muchas veces, pero, como se ha dicho, más sanos de lo que se presupone, peligrosamente sanos, permanentemente sanos, nos parece como si, en recompensa, tuviéramos delante una tierra no descubierta aún, cuyos límites nadie ha abarcado todavía con la vista, un más allá de todas las tierras anteriores y de todos los rincones del ideal, un mundo tan rico en cosas bellas, extrañas, problemáticas, terribles y divinas, que tanto nuestra curiosidad cmo nuestra ansia de poder están fuera de sí, pues ¡ay!, de ahora en adelante ya no hay nada capaz de saciarnos.

sábado, 1 de agosto de 2009

Lunas, penas y gitanos

Habemus aquí un amable poema del señor Lorca:

Preludio

Las alamedas se van,
pero dejan su reflejo.

Las alamedas se van,
pero nos dejan el viento.

El viento está amortajado
a lo largo bajo el cielo.

Pero ha dejado flotando
sobre los ríos sus ecos.

El mundo de las luciérnagas
ha invadido mis recuerdos.

Y un corazón diminuto
me va brotando entre los dedos.

lunes, 27 de julio de 2009

Aquí, Dolina

Les dejo esta vez un pedacito de Radiocine, fantástico libro de un grande

M.- Y ahora arreglemos este entuerto.

T.- ¿Y cómo lo arreglaremos? ¿Haciendo trampa?

M.- Tal vez no haya otro remedio. El universo es una trampa...

T.- Yo ya he decidido no quererte.

M.- Tú no has decidido nada. Nadie puede decidir nada.

lunes, 13 de julio de 2009

Las Palabras

Nueva aparición de Sartre por las ramas, ahora desde su libro "Las Palabras", exquisito:

Cayó la noche, se diluyeron en el espejo unas nubes de tinta, tragándose mi última encarnación. Al carecer de coartada, caí en mi mismo. En la oscuridad, adivinaba una duda indefinida, un roce, unos latidos, todo un animal vivo - el más terrible y el único que no me pudiese asustar -. Huí, volví a arrebatar a la luz mi papel de querubín deslucido. En vano. El espejo me había enseñado lo que siempre había sabido: era horriblemente natural. Aún no me he repuesto.

Lo que acabo de escribir es falso. Verdadero. Ni verdadero ni falso, como todo lo que se escribe sobre los locos, sobre los hombres. He contado los hechos con toda la exactitud que me ha permitido la memoria. ¿Pero hasta qué punto creía en mi delirio? Es la cuestión fundamental, y sin embargo, no la decido. He visto después que podíamos conocer todo de nuestros afectos, excepto su fuerza, es decir, su sinceridad.

Me decía: "¡todo puede ocurrir!", y quería decir: "puedo imaginarlo todo".

viernes, 3 de julio de 2009

Instrucciones para dar cuerda al reloj

Quedan auntomáticamente perdonados todos aquellos que hayan regalado un reloj antes de haber leído esto:

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.


Instrucciones para dar cuerda al reloj

Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.

¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Julio Cortázar

martes, 30 de junio de 2009

Pretend

"To pretend, I actually do the thing: I have therefore only pretended to pretend."
Jacques Derrida
French (Algerian-born) philosopher (1930 - 2004)

sábado, 20 de junio de 2009

Hace su aparición Marechal

Acá dejo dos citas de Adán Buenosayres, un libro sin ningún desperdicio de Leopoldo Marechal, disfrútenlo y sean en la libertad!

- Desde hace media hora ese muchacho es un arquitecto.
- ¿Un arquitecto?
- Eso es -insistió Schultze con amargura-. ¿Y sabe lo que construye ahora ese arquitecto? Un fantasma.


Bien conocías ya las cuatro estaciones de tu espíritu. Y sus dos movimientos ineluctables: el de la expansión loca y el de la reflexiva concentración; y bien sabías que un otoño de tu alma correspondería esta vez al ya visible otoño de la tierra.

martes, 9 de junio de 2009

Hoy, Benedetti

LAURA AVELLANEDA

ÚLTIMA NOCIÓN DE LAURA

Usted Martín Santomé no sabe
cómo querría tener yo ahora
todo el tiempo del mundo para quererlo
pero no voy a convocarlo junto a mí
ya que aun en el caso de que no estuviera
todavía
muriéndome
entonces moriría
sólo de aproximarme a su tristeza

usted martín Santomé no sabe
cuánto he luchado por seguir viviendo
como he querido vivir para vivirlo
pero debo ser floja incitadora de vida
porque me estoy muriendo Santomé

usted claro no sabe
ya que nunca lo he dicho
ni siquiera
esas noches en que usted me descubre
con sus manos incrédulas y libres
usted no sabe cómo yo valoro
su sencillo coraje de quererme

usted martín santomé no sabe
y sé que no lo sabe
porque he visto sus ojos
despejando
la incógnita del miedo

no sabe que no es
viejo que no podría serlo
en todo caso allá usted con sus años
yo estoy segura de quererlo así

usted martín santomé no sabe
qué bien qué lindo dice
avellaneda
de algún modo ha inventado
mi nombre con su amor

usted es la respuesta que yo esperaba
a una pregunta que nunca he formulado
usted es mi hombre
y yo la que abandono
usted es mi hombre
y yo la que flaqueo

usted martín santomé no sabe
al menos no lo sabe en esta espera
qué triste es ver cerrarse la alegría
sin previo aviso
de un brutal portazo

es raro
pero siento
que me voy alejando
de usted y de mí
que estábamos tan cerca
de mí y de usted

quizá porque vivir es eso
es estar cerca
y yo me estoy muriendo
Santomé
no sabe usted
qué oscura
qué lejos
qué callada

usted
martín
martín cómo era

los nombres se me caen
yo misma estoy cayendo

usted de todos modos
no sabe ni imagina
qué sola va a quedar
mi muerte
sin
su
vi
da.


De "Inventario I", Mario Benedetti.

jueves, 4 de junio de 2009

Sweet-cakes and milkshakes

Me presento, aloha, pum! Matías es quien hoy cita película, "Before Sunset" el título de la misma.

Dos seres caminando por la orilla del Danubio (ese río que suena a música, sí), de pronto, un poeta callejero los detiene y les propone un peculiar desafío. Les pide que le digan algunas palabras que se les crucen por la mente, para con ellas él hacer una poesía. Si les gustaba, eran libres de pagarle lo que quisiesen.


He aquí el resultado:


Street Poet: Daydream delusion, limousine eyelash
Oh baby with your pretty face , Drop a tear in my wineglass

Look at those big eyes , See what you mean to me
Sweet-cakes and milkshakes
I’m a delusion angel , I’m a fantasy parade
I want you to know what I think , Don’t want you to guess anymore
You have no idea where I came from , We have no idea where we’re going
Lodged in life , Like branches in a river
Flowing downstream, Caught in the current
I carry you , You’ll carry me
That’s how it could be , Don’t you know me?
Don’t you know me by now?


Salut!

M.-

Habemus blog

Seres, transeúntes, inauguramos este blog con un poco de Sartre.
Besos, abrazos, confeti y aplausos!

Ante todo, los comienzos deberían haber sido verdaderos comienzos. ¡Ay! Ahora veo tan bien lo que quise. Verdaderos comienzos, que aparecieran como sones de trompeta, como las primeras notas de una música de jazz, bruscamente, cortando de golpe el hastío, consolidando la duración; esas noches excepcionales en que uno dice: "Pasearía si fuera una noche de mayo". Salimos, acaba de aparecer la luna, estamos ociosos, vacantes, un poco vacíos. Y de golpe pensamos: "Algo ha sucedido". Cualquier cosa: un ligero crujido en la sombra, una silueta ligera que cruza la calle. Pero ese acontecimiento fútil no se asemeja a otros; en seguida vemos que precede una gran forma cuyo dibujo se pierde en la bruma, y entonces nos decimos: "Algo comienza".


Jean Paul Sartre - La Náusea